La profesional Marisa Lazzari llega desde Inglaterra a su ciudad natal y comenta, en una charla que les brinda a los estudiantes de la Dante Alighieri, cómo es la metodología de trabajo y cuáles son los estudios que realiza. 

La doctora se graduó en la UBA y continuó formándose en distintas universidades del mundo, actualmente se encuentra en la de Exeter, Inglaterra. En esta oportunidad, explicó cómo se financian las investigaciones y cuáles fueron los hallazgos obtenidos en la provincia de Catamarca. 

Su equipo de trabajo hace treinta años que se dedica a entender cómo los antiguos pobladores del noreste argentino, en especial de Catamarca, habitaban este espacio, utilizaban esta tierra y establecían conexiones entre sí.  

Los pueblos a investigar tienen mas de 8.000 años, y para reconstruir información acerca de ellos, se deben realizar minuciosas excavaciones en lugares específicos (muchas veces señalados por los propios lugareños y otras por colegas) dónde se intenta encontrar material que signifique un rastro humano; pueden ser armas, un pequeño fogonero, cadáveres de animales, entre otros. 

 Antes se imitaba la práctica europea,  las excavaciones eran financiadas por un benefactor con la finalidad de “llevar algo nuevo al museo”. Hoy tienen fines académicos. En el exterior se debe presentar el proyecto en la universidad, si esta lo aprueba se encarga de financiarlo. En nuestro país, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) les paga un sueldo a los científicos a cargo. 

 Para poder extraer el material encontrado se deben pedir una serie de permisos, primero a la comunidad a la que le pertenece, después al municipio y por último, antes de comenzar, a la Pachamama. Está prohibido el tránsito de los recursos al extranjero. 

Entre los descubrimientos más importantes se destacan los caminos “estaban muy conectados” remarcó Marisa, las “cartitas de presentación” que se intercambiaban, el arte en cerámica, y las prácticas de agricultura: las tierras eran muy fértiles y las cosechas muy prósperas. Con la colonización se desarticula el tejido social, se desarman las comunidades y comienza otro tipo de uso de la tierra, se pierden las técnicas agrícolas indígenas.  

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